Monday, July 18, 2005

El futuro de la televisión

Este texto está recogido de un artículo aparecido en El Diario Vasco del 18 de julio de 2005.

El futuro de la televisión? El futuro de la televisión está en tus manos. Si hasta ahora veíamos en la calle ciudadanos colgados de su teléfono móvil, ahora los veremos a carcajada limpia siguiendo en él las peripecias de Vaya Semanita. Esto será posible porque el pasado año 2004 el organismo europeo que homologa los estándares de la televisión digital (Digital Video Broadcasting - DVB) aprobó el estándar DVB-H, con la H de handheld, es decir, para aparatos que llevamos en la mano como los teléfonos móviles o los PDA. En Finlandia ya se están realizando emisiones de televisión en el teléfono móvil por Nokia, Telia-Sonera y las televisiones YLE (pública) y MTV3 (privada). En España se van a iniciar pruebas con 500 personas en Madrid y Barcelona.

En Estados Unidos Verizon, la segunda empresa de telefonía de Estados Unidos, llegó a un acuerdo con FOX que permite la creación de clips de entre uno y cinco minutos de una serie de televisión y que son ofrecidos a los suscriptores vía teléfono móvil. Pero el futuro de la televisión pasa también por la banda ancha de Internet o por la línea eléctrica. Google, el rey de los buscadores de internet, ha invertido junto a Hearst Corporation y Goldman Sachs, 100 millones de dólares en una empresa llamada Current Communications Group cuyo cometido es enviar datos a alta velocidad y video a través de la red eléctrica. Cuando una empresa como Google, con una capitalización de 85.000 millones de dólares, invierte en el desarrollo de la transmisión de video a través de la red eléctrica, podemos pensar que el sueño de convertirse en transportistas de la señal de televisión de tantas empresas eléctricas se va a convertir en realidad.Así que, televisión en el móvil, a través del enchufe eléctrico, a través del triste par de cobre telefónico y, por supuesto, vía satélite, cable y ondas hercianas de toda la vida. Aquí hay televisión para rato. La cuestión es qué televisión.

La que se recibe masivamente en los hogares sigue siendo la de ondas hercianas, la terrestre de siempre. Ahora se digitaliza y pasa a llamarse Televisión Digital Terrestre. La TDT, ha vivido un importante desarrollo en la mayoría de los países europeos con una mención especial a Gran Bretaña donde la plataforma Freeview llega a cinco millones de hogares, a Berlín, ciudad totalmente digitalizada, a Estados Unidos donde falta poco para que la señal digital cubra la población al completo, y a los potentes mercados tecnológicos asiáticos de Japón y Corea del Sur en los que la TDT va muy unida a su versión para móviles. España se ha quedado atrás. Intentó situarse como locomotora de la TDT europea con la extinta experiencia de Quiero TV, un extraño negocio en el que se conjugaron intereses políticos y mercantiles de variado signo que conformaron una empresa con los pies de barro. Terminó en quiebra con multimillonarias pérdidas.

Hemos asistido recientemente al desarrollo legislativo de la TDT y la Ley fue ya publicada en el BOE el pasado mes de junio. ¿Vía libre para la TDT! Ahora comienza su desarrollo ejecutivo, la adjudicación de múltiplex y frecuencias, la venta de decodificadores, el ajuste de las antenas de los hogares y la creación de contenidos para la nueva televisión. Y aquí nos encontramos con la madre del cordero. Si, como hemos dicho al inicio, va a haber televisión por todos los medios posibles, si las correosas compañías telefónicas se van a empeñar en captar clientes de pago para sus emisiones móviles mediante contenidos atractivos para clientes jóvenes que conforman el target más apreciado por las empresas publicitarias, ¿qué le va a quedar a la TDT?

Los nuevos valores que surgen con fuerza en la televisión digital por ondas hercianas son la multiplicación de canales, la mejora de la calidad de la imagen y del sonido, la interactividad o el datacasting, es decir, la utilización del ancho de banda subsidiario de un canal para transmitir datos que, de hecho, conforman un verdadero canal de información gráfica y escrita en pantalla. La cuestión estriba en desarrollar líneas de contenidos que la nueva televisión va a necesitar. Es preciso constituir estructuras de generación de contenidos que sean válidos para su inclusión en la televisión digital y que provoquen el interés del espectador, porque la nueva televisión va a necesitar cada vez más ser referencia de interés -sea general o temático- para poder sobrevivir.

Hoy los nómadas digitales comienzan a marcar tendencias. Son aquellos jóvenes que se olvidan de los viejos medios y centran su interés en los nuevos. Por esa razón la nueva televisión está obligada a ser creativa en sus contenidos. Cuando se iniciaron las emisiones gratuitas de TDT en Francia el pasado mes de marzo apareció en Le Monde un chiste especialmente gráfico en el que se veía a dos adolescentes con sus mochilas escolares camino de casa. Uno de ellos le preguntaba al otro: «¿qué vas a ver esta noche en la TDT?» Y el segundo le contestaba: «Estoy dudando entre la emisión del concierto para violonchelo y orquesta en si bemol mayor de Boccherini del Canal Clásico, o la retransmisión del debate sobre la Ley de la Flora y de la Fauna en el Canal Parlamento». Un ejemplo de creatividad.

El nuevo mundo televisivo que se abre ante nuestros ojos obliga a la televisión a realizar un ejercicio de adecuación de los contenidos, no sólo en cuanto a su fondo, sino también en cuanto a su forma. En Estados Unidos lo tuvieron claro desde el principio de la digitalización de la emisión. La TDT ha ido acompañada de la emisión de canales en alta definición, es decir, una calidad comparable a la del cine. El 70% de los programas que hoy se emiten en el tramo horario de máxima audiencia, en el prime time, están producidos en alta definición. En Europa sólo un canal, que emite por el satélite ASTRA, lo hace por ahora en alta definición, HD1 del grupo Euro1080. Precisamente este número se refiere al sistema de alta definición con el que se produce, el 1080i (entrelazado) que tiene su competencia en otro sistema denominado 720p (progresivo). Y es que el de los diferentes sistemas y estándares es uno de los grandes handicaps para el desarrollo global de la nueva televisión. Es curioso, por ejemplo, que en la actualidad haya tres estándares diferentes para la TDT en el mundo, el DVB-T en Europa, el ATSC en Estados Unidos y el ISDB-T en Japón. La guerra que se produjo con los diferentes modelos de televisión a color vuelve a asomar ahora con la digitalización.

Para complicarlo más, en Francia han decidido cambiar también de sistema de compresión de datos. Si hasta ahora toda la televisión digital del mundo se sustentaba en el modelo de compresión llamado MPEG2 (un estándar del grupo Moving Picture Experts Group), estándar con el que se ha iniciado también la TDT en Francia, tras un gran debate, el Gobierno decidió introducir el MPEG4 para nuevos canales. Es decir, en Francia cohabitarán en la misma TDT dos estándares de compresión distintos, pero hay una razón para ello. El nuevo estándar permite utilizar mejor el espacio radioeléctrico, se consiguen más canales y, lo que es mejor, se consigue que un canal de alta definición ocupe menos espacio que con el MPEG2. Y ahí está la clave, Francia va a tener una TDT en la que será posible sintonizar canales en alta definición como desean TF1 y Thomson, entre otros.

La gran referencia de la televisión pública mundial, la BBC británica, ya ha anunciado que en el año 2010 todos sus canales emitirán en alta definición. Desde luego, la alta definición no es la panacea que va a dar más espectadores a la televisión, pero sí que produce un atractivo para el nuevo telespectador. Como lo produce lo contrario, es decir, una baja definición conseguida con una mayor compresión de datos, que permita llevar la televisión a los teléfonos móviles. Habrá clientes para la televisión de altísima calidad en el hogar o para la de baja calidad en el móvil, siempre que los contenidos sirvan para atraer al telespectador. El contenido es el rey se decía en la televisión analógica. El contenido sigue siendo el rey en la televisión digital. El futuro es de aquellos que creen un contenido interesante y atractivo para los diferentes soportes audiovisuales.